Crónica
Per Michael Rahal
Antes de comenzar el campeonato este match iba a ser a priori el más difícil y contábamos con un refuerzo de lujo para el encuentro. Pero una vez nuestras opciones de quedar primero se fueron desvaneciendo con los resultados ronda a ronda, decidimos jugar con el «equipo base», incluso sin contar con Jakob Glud por un compromiso del danés en su país.
Así las cosas, y teniendo en cuenta la fuerza del rival, el empate a cinco final es un excelente resultado. Las claves del encuentroen mi opinión han sido dos.
1.La solidez de los tres primeros tableros, Jordi Magem, Josep López y Alvar Alonso, que jugaron un ajedrez serio y entablaron en partidas largas contra tres rivales experimentados (Rakhmanov, Spraggett y Moskalenko).
2. La gran victoria de Mellado frente al joven GM Cristian Cruz,en el cuarto tablero.
Es imposible pretender ganar o empatar a un equipo fuerte si por arriba te crujen, ya que en estos tableros ellos tenían ventaja de blancas y de ELO, y puntuamos muy bien con 2,5 de 4.
Más abajo hubo reparto de puntos. En el tablero cinco Arian González igualó bien en la apertura contra Lariño pero se dejó un golpe táctico al entrar en el medio juego y quedó en desventaja para el resto de la partida. Fue la última partida en terminar pero el resultado estaba cantado desde jugadas atrás.
Perpinyá en el seis perdió con blancas contra Gual, me parece que no acertó en la colocación de sus torres y perdió un peón en el medio juego.
Por mi parte en mi séptimo encuentro en partida oficial contra Víctor Vehí (3.5 a 2.5 a su favor) conseguí derrotarle en una partida complicada con opciones para ambos, equilibrando el resultado particular entre los dos. A mi lado Kike Colón derrotó claramente a Daniel Almeida, castigando ejemplarmente una variante secundaria de la Francesa.
En los dos últimos tableros Antonio Ayas defendió un final con peón de menos para acabar firmando tablas con Bofill y en el décimo tablero Imar Talló se dejó una combinación que permitió a su rival tener torre y dos peones por alfil y caballo en una posición muy abierta y con las piezas menores sin posibilidad de coordinar, lo que suele llevar a la derrota.
|